Cuando afloja la tensión de los músculos de una partida...
Cuando se relaja el rictus pétreo de un dolor profundo…
Asoma la soledad genuina.
La que gasta y nunca escatima…
Cuando hay silencio en la casa.
Cuando pasó un huracán, dos tornados y tu remolino…
Asoma la tristeza.
La de tus ojos vacíos.
Cuando la cama se convierte en refugio…
Cuando las sábanas y mantas están frías…
Asoma la angustia.
La que nunca se había ido.
Cuántos sentimientos, profundos en tan pocas palabras.
ResponderEliminarBesos y una gran sonrisa