“Entonces , Maat me miró a los ojos y dijo: -“ Ya te he despertado…La eternidad es tuya, te reflejas en mis ojos, llevas mi pluma. Hazle honor a tu estirpe real…Te ayudé a levantar las rocas de tu tumba y a sacudirte la arena con la cual te habían enterrado. Vamos, ponte de pie y camina”
No puedo,
El me lo recuerda,
Hasta destruido por la muerte de la hermana,
se tomó una copa ,
se peinó y salió a trabajar a la mañana…
El me hubiese dicho,
levantate y seguí.
Y saben que mi dolor pasa por los miedos…
Porque subyace ese temor a recibir una llamada …
Y que sea otro el nombre…
Y que sea otro el hombre…
Y que broten en mí culpas que no tengo…
Que el fantasma de los amores enfermos me asalte de nuevo…
Porque sabía que viví pasiones e infiernos…
Porque fui una refugiada que huyó por no poder hacer nada…
Porque sólo pude rescatar a mi alma que agonizaba…
Y hoy camino, despacio, sin prisa…
Total, aún no voy a ningún lado…
Y cierro el luto y me guardo el duelo…
Y retomo desesperada mis vocabularios…
Indudablemente, es Maat la que me lleva de su mano…
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