Entonces...el niño sabio intentó curarme, tomó dos pinceles con colores invisibles y delineó mis párpados mientras me miraba... con ese amor incondicional de los inocentes...
Pueden encontrarme aquí también...un honor jamás imaginado...Gracias Silvia me honra mucho, aunque me averguenza porque siento que es demasiado...pero lo acepté gustosa porque sentí que era un regalo de la vida a fin de año y un seguí...no abandones! Hagan click en el logo y me encontrarán...