En algún lado estás,
lo sé.
Te presiento.
Mi parte animal te huele.
Sé que te tengo que esperar....
Estás cerca,
muy cerca...
Y un atizbo de cordura me indica que escape...
Y un atizbo de locura se impone y me quedo...
Esperándote.
Y no bebo,
ya que las aguas bajan turbias.
Y no me alimento,
porque tragar no puedo,
porque apenas respiro,
este aire irrespirable.
Tan solo floto y te espero.
Tan solo espero que llegues y me recuerdes,
ese sabor a vida que siento tan lejano...
Tan sólo espero que me sorprendas,
y que descubras,
que con una simple rayuela dibujada en el piso,
eres capaz de llevarme,
desde el infierno en el que vivo,
directo al cielo,
con un sólo salto.
sábado, 2 de abril de 2011
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