jueves, 29 de abril de 2010

EN LA BUENOS AIRES QUE ARDE



Es la tarde de una Buenos Aires que arde,
la señorita Argentina menea sus caderas
enfundada en sus pantalones de asfalto.
Veterana baqueteada en lides amorosas.
Amante de políticos,jueces y vagabundos,
o del bufón de turno.

Prostituta todo por dos pesos.
Cara de bótox y lifting barato.
Lomo moldeado,
a plásticos y cuchillos,
manoseos y manos en la lata.

Ella,la reina del Plata.

Con ese pelo largo,
rubio platinado,
quemado y planchado,
del que asoman sus raíces...
Negras como la tierra pampa.

Ella, la que huyó del campo…
La atrajo la gran ciudad y le escapó al rancho.
La sedujo esa televisión donde aprendió gestos,
bailes de caño y demás mohines.
Qué gran gran cultura...

Y hoy Buenos Aires arde…

Atrás quedaron sus veranos en el Este,
Los viajes al Caribe y a Miami.
Sus ex amantes ahora,
mantienen a otras.

Mientras…
Ella …
que conoció varios esplendores,
vende sus carnes al mejor o único postor.
Gran puta venida a menos,
toma copas en un bar,
con un turista algo viejo ,
de acento centroamericano...

Su asfalto arde…
Los años no la calman,
Sus ansias de sexo y poder,
aún no acaban…
Algo trama.
Algunos también la apodan ,
Sherezade...

Amor de tiempos en pasado conjugados

Amé
conjugo
el verbo
en perfecto pasado.

Amé
Y no le hago preguntas al alma.

Amé y dí.
Vuelvo a conjugar
el tiempo
en pasado.

Arranqué.
Amputé.
hice pedazos mi alma,
migas...
que comieron los pájaros.

Escribo...
y me había propuesto unos días,
de pantalla en blanco...
Mas bastó un llamado.

Una voz,
un llanto,
lo de siempre...

Nuevamente,
lás lágrimas
colman el vaso...

Un amor oscuro y enfermo
obsesivo,posesivo...

El que construyó un Taj Mahal,
monumento a una mujer que sigue viva...
Usó lo objetos que no me
llevé de esa casa.

Los sigue manteniendo en el mismo lugar.
Y El,se convirtió en un objeto inanimado.
Mimetizado con ese hogar,
viviendo de la misma forma que antes.
O peor...

El cosecha lo sembrado,
más no en mis campos.

Mi tierra quedó seca y vacía.
Infértil.
Esterilizada.

Y la razón me indica
que cierre todos mis ojos
y me preserve...
Aún tengo una daga clavada.

Enfermo...
Inimputable.
Enferma e inimputable.
Hoy alejada.
Casi recuperada.
Cargué las culpas
propias y ajenas
como siempre.
Cosa que me niego a hacer
en este presente

Pedazos de alma y recuerdos que se despegaban


Alegoría de la Poesía, Cesare Ripa 1603

Y amaneció un día frío y nublado.
Con hojas diario de otoño que despertaban.
Sus ojos, por la ventana,
aún algo perdidos,observaban.

Mientras élla ,
sigilosamente respiraba.
Sin dar señales.
Sus pasos escondidos,
movimientos casi imperceptibles,
en un aura de improbable esperanza se deslizaban.

De repente,estupefacta
notó que ya no caminaba...
Los pies se le habían enraizado.
Y la piel,
en dura corteza de madera,
había transmutado.

En tanto...
Los brazos extendidos hacia el cielo
y las manos ramas,
lanzaban recuerdos escritos
y pedazos de alma,
en hojas secas que se marchaban.

Y cantaron los pájaros a coro
junto a otros seres alados,
una sinfonía perfecta,
de notas que acompañaban.

El desprendimiento del cuerpo
de sus hojas letras pegadas,
dejando huellas de savia seca
en su cruz marcada.
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