Inseminada de tu amor quedé preñada.
Un fuerte lazo nos ataba.
Poco a poco en placenta me convertí.
Y…tu apetito voraz no dejó nada.
Y parió tu amor…
Y tus gritos de recién nacido,
mi calostro demandaron.
Mientras tanto,
lava silenciosa,
de mis ojos manaba
y borraba...
Los pechos doloridos,
a tus demandas se negaban.
Sabían que me consumirías,
dejándome como a un envase vacío.
Y creciste...
y adolesciste...
y te fuiste...
Como si hubieses sido un hijo...
Pero yo, quedé preñada,
de un amor que no subsiste,
sin alimentarse de mí.
DE "Soñando al hombre". "Feliza"
Hace 12 horas
Life, es muy bello tu poema y con esa contradicción tan humana : está en mi y me consume, aunque no quiera alimentarlo.
ResponderEliminarBesos!!