lunes, 6 de junio de 2011

EL HIJO DEL AGUA

Un gato blanco me observa,
en ese silencio que corta el aire,
en el silencio helado que rasga el alma.

Nos miramos.
Con la misma mirada que nos miramos aquel día en Babilonia,
bajo los ojos contemplativos de Ezequiel...

Nos volvimos a mirar,
observando las señales.
Siendo testigos.

De un cosmos conmocionado,
de Gea llorando,
de miles de esperanzas marchitas,
de tantas velas apagadas.
De las aguas volviendo a mezclarse con las tierras,
de las estrellas,
desmayándose sobre mi almohada...
De un sol que se apaga,
de una luna que cae.

Del triste cantar,
del último de los ruiseñores,
del silencio de los cascos de los unicornios,
que ni trotan ni vuelan,
porque les cortaron las alas,
y les quebraron las patas,
De la desaparición de las hadas,
de la extinción de los duendes,
de la huelga de los ángeles,
del ahogo de las sirenas…

Y, de la última vez,
que aquellos,
soldados miserables,
tiraron los dados…
Tan solo y tan cuanto
por quedarse con un Manto.

Mientras,los rapaces como siempre rondando…

Entonces,
vuelve el caos y se aparea con la nada…
Y, en ese instante supremo y prístino,
me invade cierto temor y un gran asombro
porque,
incomprensiblemente nace,
arrolladoramente brotando
de la palma de mis manos,
el Hijo del agua.

2 comentarios:

  1. Mucho tiempo me separan de los dias en los que leia afiebrado los apuntes romanticos y profundos de escritores que, como tu, exponen su alma al mundo.
    Hoy, 7 de junio, leo de milagro y escribo sin gracia.
    Sin embargo, son personas como usted quienes me hacen pensar que siempre es tiempo para regresar.
    Un abrazo.

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  2. Y...nace un POEMA!!!!
    Besos poetiza!!!!

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